La verdad sobre la dieta mediterránea

Dieta mediterránea

No hay semana que pase en los periódicos o informativos de televisión sin alguna noticia o entrevista a expertos hablando sobre los beneficios de la dieta mediterránea.

En la mayoría de ocasiones se alaba a ésta con cierto matiz dogmático que a veces roza lo fanático. Afirmaciones no basadas en ciencia, como «está demostrada que es la mejor dieta del mundo», hacen que sospechemos de los oscuros intereses comerciales que se esconden detrás de estas alegaciones.

La dieta mediterránea ha sido considerada por la UNESCO «Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad» y es motivo de orgullo de algunos de estos países.

La dieta de estas naciones es bastante diferente, pero aun así parece que interesa vender esta falsa unión a través de la gastronomía.

Dieta Mediterránea
Es curioso también que un país no mediterráneo como Portugal esté dentro de dicho grupo y Francia quede fuera, lo que nos puede hacer pensar que los intereses políticos quedan por encima de la lógica en esto de promocionar culturas, dietas y estilos de vida.

Para la mayoría de personas la dieta mediterránea es el estilo de alimentación que se sigue en los países de la cuenca del Mar Mediterráneo. A nivel popular está considerada la dieta más saludable que pueda existir, sin embargo el fenómeno dieta mediterránea tiene mucho de marketing y muy poco de ciencia.

HISTORIA DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

No, la dieta mediterránea no nace con la cultura de los países latinos, no al menos el concepto que tenemos de esta dieta. Es mucho más reciente y se basa en la idealización de la alimentación de la Isla de Creta en la II Guerra Mundial (estudio).

Se observó que los habitantes de esta zona tenían una incidencia de enfermedad cardíaca 20 veces menor que la media del resto de países mediterráneos. Leland D. Allbaough fue el primero en estudiar el modo de vida cretense  en 1948 con apoyo del gobierno de Grecia y financiado por la Fundación Rockefeller. Fue un estudio sociodemográfico de solo 128 familias.

Aquí viene el primer dato que no cuadra, la población estudiada que seguía esta dieta «milagrosa» que prevenía la muerte por infarto no era la de España, Italia y Grecia, era la de una pequeña isla cuyos habitantes estaban además en una economía de guerra y auto-abastecimiento.

De forma paralela, en Estados Unidos, se sospechaba que el causante de los infartos de miocardio, que azotaban en forma de epidemia a su población, era el consumo de grasas saturadas y colesterol. Esto hizo que la comunidad científica se interesase enormemente por los datos de los cretenses y decidieron mandar a estudiar el tema más a fondo al doctor Ancel Keys.

Dieta mediterránea
El polémico fisiólogo, Ancel Keys, aprovechó el «tirón» de sus estudios y publicó algunos best-sellers junto a su mujer como fueron; «Comer bien y estar mejor» (1963), y «Cómo comer bien y estar mejor al estilo mediterráneo» (1975) (libro). Keys se refería al estilo de vida mediterráneo y fue la prensa y demás intereses los que se encargaron de crear el concepto de Dieta Mediterránea.

Keys hizo lo que se conoce como «falacia de evidencia incompleta», es decir, usar solo los datos de los estudios que a él le interesaron. El fisiólogo americano estudió un total de 22 países pero solo expuso los datos de 6. Lo hizo para afirmar sus creencias de que la dieta mediterránea era mejor que el resto a la hora de prevenir infartos gracias al bajo contenido de colesterol y grasa saturada de esta.

Después de años de investigación y mala ciencia se publica el estudio más famoso de la historia de la nutrición y sobre el que se basan aun hoy en día muchas de las recomendaciones (estudio).

Los resultados obtenidos fueron increíblemente sobre-publicitados, tanto a nivel científico como popular. Esto hizo que unos años después llegasen a aprobarse en el congreso de Estados Unidos, en 1977, unas recomendaciones alimentarias que demonizaban al colesterol y la grasa animal y por contra ensalzaban los productos de origen vegetal, sobre todo los cereales y aceites refinados.

¿CÓMO ES LA DIETA MEDITERRÁNEA QUE NOS INTENTAN VENDER?

Según la definición de PubMed, esta dieta sigue un patrón de alto consumo de fruta y vegetales, cereales y pan, patata, pollo, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva. Es baja en carne roja y lácteos y moderada en alcohol.

La realidad es que las organizaciones que promocionan este patrón dietético fomentan el consumo de alimentos de baja densidad nutricional como pan, trigo, vino, carnes procesadas y el aceite de oliva, y por contra limitan alimentos de alta densidad nutricional como huevo, vísceras y carnes rojas.

Parece que no interesa decir que una cucharada sopera de aceite de oliva tiene la misma cantidad de grasa saturada que 1 huevo y 3 cucharadas de este hasta la misma grasa saturada que un solomillo de ternera.

Un menú diario de este tipo de organizaciones y que podemos ver en cualquier libro de la carrera de Nutrición Humana o en cualquier hospital español sería algo así:

  • Desayuno: 1 vaso de leche desnatada con cola-cao, un zumo de naranja con azúcar y unas tostadas con aceite de oliva.
  • Almuerzo: Sandwich de fiambre.
  • Comida: Pasta con sofrito y atún, postre 1 pieza de fruta.
  • Merienda: 1 vaso de leche desnatada con galletas integrales.
  • Cena: Pechuga de pollo a la plancha sin sal, ensalada y de postre 1 yogur desnatado.
  • Re-cena: 1 vaso de leche desnatada con cola-cao.
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Europa tiene muchas organizaciones que fomentan el mito. En España tenemos al Instituto Europeo de la Alimentación Mediterranea (Málaga), la Fundación Dieta Mediterranea (Barcelona). 

Uno de los peores vicios de estas asociaciones es el uso de la pirámide alimentaria como modelo educativo para explicar que debemos comer. El ser humano es el único animal que necesita hacer estudios para saber que debe comer.

Es curioso que no solo entre diferentes países tengan diferentes pirámides alimentarias, sino que entre las propias asociaciones también haya diferencias.

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La pirámide del CSIC es un insulto a la alimentación saludable. Pone al vino por delante de productos proteicos o a los dulces por debajo de la carne roja.

 

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La de la Sociedad Española de Nutrición Clínica (2004) aprueba un consumo de 6 o más raciones de farinaceos (60-80g por ración), lo que equivale a unas 1600kcal vacías al día para una población bastante sedentaria.

En cuanto a estudios sobre dieta mediterránea, el Predimed es el trabajo más importante realizado sobre esta dieta. En él se vio que la muestra estudiada consiguió una mayor salud cardiovascular gracias al alto consumo de aceite de oliva o frutos secos. El proyecto estaba financiado por 3 importantes entidades productoras de aceite de oliva y frutos secos.

Curiosamente se enfatiza mucho en consumir aceite de oliva pero muy poco en consumir las aceitunas de forma entera lo cual es bastante más saludable, ya que es un alimento entero y el aceite es un procesado (concentran la grasa de la aceituna y perdemos la fibra y multitud de fitonutrientes presente en la oliva).

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Y así es como nos engañaron para que cambiáramos la mantequilla por margarina, la carne roja por pollo y los huevos por cereales de desayuno. Comer más de un 50% de hidratos, controlar proteínas y grasas o limitar el colesterol y la sal son recomendaciones erróneas que surgen de este proceso histórico en el que una vez más la industria alimentaria decide lo que tenemos que comer.

Además muchos sitios oficialistas pro-dieta mediterránea hablan de ella como un estilo de vida e incluyen pautas de actividad física y de otros aspectos que influyen en la salud. Dichas asociaciones suelen estar patrocinadas por la industria alimentaria y ya sabemos que esta hace todo lo posible por confundirnos con su ambigüedad para vendernos lo que a ella le interesa.

Si hablamos de dieta no deberíamos confundir con otros aspectos del estilo de vida como sol o movimiento. Las horas de sol se podrían posicionar como el principal factor de confusión de el mito mediterráneo (estudio) y por ello no se debe mezclar la dieta mediterránea con el estilo de vida mediterráneo.

¿CÓMO ERA LA DIETA DE CRETA Y LA AUTÉNTICA DIETA MEDITERRÁNEA?

No existe una dieta mediterránea pura, es cierto que los primeros pueblos neolíticos como Mesopotamia y Egipto explotaron el cultivo de cereal, pero también es cierto que apreciaban mucho la caza y los productos de origen animal, sobre todo carnes grasas y vísceras.

En el Imperio romano la base alimentaria era la triada mediterránea, pan, vid y aceite de oliva. Los fenicios introdujeron las conservas de pescado. Las conquistas de los pueblos bárbaros traen el modelo alimentario continental basado en carne, cerveza y mantequilla. El Islam trajo los cítricos, especias, arroz y azúcar. Finalmente el descubrimiento de América incluyó en la dieta mediterránea cosas tan poco mediterráneas como el maíz, té, chocolate, patata o tomate.

En cuanto al mito cretense, debemos incidir en que en esta zona había una economía de guerra, lo que implicaba que su dieta tuviese las siguientes características (libro):

  • Limitación de las calorías diarias. Es decir que pasaban hambre.
  • Ayunos periódicos debido a la economía de guerra y también a las prácticas religiosas de su población (la iglesia ortodoxa propone ayunos de proteína a menudo).
  • Alto consumo de grasas como la mayoría de dietas tradicionales. Más de un 40% de grasa sobre todo en forma de aceitunas y aceite de oliva.
  • Tenían un alto consumo de marisco y pescado.
  • Alto nivel de actividad física diaria debido a las condiciones de la época.
  • Nulo consumo de procesados (vamos que Keys no se los encontró merendando galletas de dinosaurio con nesquick).
  • Más verdura y fruta que cereales y legumbres.
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Si buscamos en un libro de cocina cretense las recetas más famosas veremos que todas tienen producto animal o carne roja o grasas saturadas y colesterol como es el caso de su receta estrella, la Staka, que básicamente es mantequilla de leche fresca.

CONCLUSIONES Y UN MENÚ DE DIETA MEDITERRÁNEA

La dieta mediterránea «real» tiene muchas cosas buenas, aunque es cierto que a veces los beneficios se deben al conjunto del resto de factores como la latitud de los países mediterráneos o las prácticas culturales de dichas naciones. Si hablamos de dieta nos debemos centrar en alimentación, si hablamos de estilo de vida en conjunto, entonces no podemos intentar vender productos alimentarios por separado como si fuesen milagrosos y por supuesto no aceptar productos ultra procesados como galletas o cereales de desayuno como la base de ninguna dieta saludable. 

¿Cómo debe ser la dieta mediterránea para tener salud y no acumular grasa? A continuación proponemos un ejemplo demasiado genérico pero con el objetivo de hacer entender el concepto. 

  • Desayuno: 2-3 Huevos enteros de corral a la plancha con un poco de aceite de oliva, 1 vaso de leche fermentada entera o kéfir y una pieza de fruta.
  • Comida: Ensalada y paella con legumbres y marisco, postre 1 naranja entera.
  • Cena: Secreto de cerdo ibérico con verdura a la plancha y de postre un puñado de frutos secos.
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Esto no es dieta mediterránea.

Como curiosidad final decir que en la zona del Levante español, en tiempos de nuestros bisabuelos, era muy típico el arroz con rata de Marjal (enlace). Esto era dieta mediterránea auténtica pero no interesa promocionarlo ya que no vende tanto como los cereales de desayuno.

Si quieres saber más sobre el tema te aconsejo que veas un antiguo vídeo en el que hablo de ella.

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